Encuentra un nicho concreto, con unas características muy específicas, en el que quieres destacar.

Vamos a definir quién es tu cliente ideal y también quién no lo es para que tengas claro a que segmento concreto le vas a hablar.

Diseña un producto/servicio específico que sabes que ese nicho necesita. Y que al mismo tiempo es escalable para crecer más adelante.

Por ejemplo, Apple surgió como una marca de ordenadores para frikis creativos y del diseño, no era para todo el mundo. Una vez se hubo establecido en su nicho se extendió a las masas.

Para poder transmitir tu mensaje de forma clara y conseguir conectar con la gente a través de él, es importante que primero sepas de dónde vienes y por qué haces lo que haces. 

Entiende tu macrohistoria y construye pequeños relatos que te ayuden a llegar a la gente de forma orgánica.

Crea una campaña que busque provocar a ese segmento concreto con frases o imágenes que llamen su atención.

Vivimos rodeados de información, nos bombardean constantemente con mensajes llamativos y cada vez es más difícil destacar entre tanto ruido. Tan solo tenemos unos segundos para causar un impacto positivo en la gente y si no lo conseguimos pasamos inmediatamente al cajón de los olvidados.

Analizar significa admitir lo que está mal para poder arreglarlo. Zara, por ejemplo, cambia su línea de ropa cada tres o cuatro semanas de forma que hace evolucionar su colección mucho más rápido que su competencia.

No pruebes solo una vez, repite en distintas plataformas, en distintos formatos y con distintos copys. Publicar un solo vídeo en Instagram NO es hacer una campaña.

Capta a los primeros clientes de la curva (los innovadores) que son los que van a difundir tu mensaje al resto.

Contágiales de tu pasión por lo que haces y ellos contagiarán a los demás.

Difunde tu idea en el resto de la curva gracias a las recomendaciones y a las colaboraciones. 

Haz que te vean y te asocien con otras marcas referentes. Participa en eventos, pódcast y deja tu huella dónde quieras ser recordada.