¿Qué significa ser un verdadero influencer?

En la era digital en la que vivimos, la figura del influencer se ha consolidado como un fenómeno social y económico de gran impacto. Sin embargo, no todos los influencers son iguales ni generan el mismo efecto en sus audiencias. En este artículo, exploraremos a fondo la realidad de los influencers, diferenciando entre quienes realmente lideran movimientos y aquellos que simplemente generan contenido entretenido o, peor aún, quienes actúan como falsos líderes o “vendehumos”. Este análisis parte de una reflexión profunda sobre el rol actual de los influencers y su verdadero poder de influencia, basado en la experiencia y observaciones de Elena Guirao, creadora del pódcast “Provoca con estrategia”.

El auge imparable de los influencers

Es innegable que estamos viviendo en la era dorada de los influencers. A pesar de que muchas veces se ha anunciado el fin de esta tendencia, la realidad es que el fenómeno no solo continúa, sino que crece con cada generación. Mientras algunos influencers consolidados mantienen una comunidad más adulta o millennial, nuevas generaciones demandan referentes que se alineen con su estilo de vida y valores. Esto provoca una aparición constante de nuevos influencers que buscan conectar con audiencias frescas y diversas.

Las marcas, conscientes del poder de estos creadores de contenido, destinan grandes presupuestos a campañas con influencers, esperando recuperar la inversión con creces. Sin embargo, no siempre el resultado es el esperado. Esto nos lleva a cuestionar: ¿realmente todos los influencers son líderes de opinión capaces de mover masas, o simplemente son generadores de contenido entretenido sin impacto real?

¿Qué significa ser un verdadero influencer?

La palabra “influencer” proviene del concepto de influir en las conductas, pensamientos y estilos de vida de las personas. Sin embargo, hoy en día es común que se etiquete como influencer a cualquier persona con un gran número de seguidores, sin importar si su contenido genera un cambio real en su audiencia o si sólo entretiene momentáneamente.

La diferencia entre un líder de opinión y un creador de contenido que solo entretiene es abismal. Un verdadero influencer logra motivar a su comunidad a tomar decisiones, cambiar mentalidades o adoptar nuevas actitudes. Por el contrario, muchos influencers se limitan a seguir tendencias, replicar formatos populares y crear contenido que, aunque viral, carece de profundidad y propósito.

Con la explosión de los vídeos cortos y la facilidad para hacerse viral, cualquiera con constancia puede alcanzar notoriedad. Pero la viralidad no equivale a liderazgo. La repetición constante de las mismas tendencias entre influencers hace que su contenido sea homogéneo, perdiendo así la capacidad de ser referencia auténtica o generar un movimiento significativo.

El ejemplo de un verdadero líder de opinión: Kayla Itsines

Para entender qué caracteriza a un influencer auténtico, es útil mirar el caso de Kayla Itsines, considerada una pionera en el mundo del fitness y estilo de vida saludable en redes sociales. Cuando ella empezó, alrededor de 2012, apenas existía este tipo de contenido y su estrategia fue revolucionaria.

Kayla no buscó viralizarse a toda costa. Su objetivo fue liderar un movimiento de transformación personal y salud. Construyó una comunidad sólida basada en un programa claro y objetivos tangibles. Incentivó a sus seguidores a compartir sus propios avances, sus fotos de antes y después, generando un efecto multiplicador que hizo crecer su influencia de manera orgánica.

Su éxito no fue una casualidad ni un simple golpe de suerte viral. Fue la consecuencia natural de liderar un cambio real en la vida de las personas, no el propósito de acumular seguidores. Este modelo contrasta con la mayoría de influencers actuales, que priorizan la viralidad y la cantidad de likes antes que el impacto genuino.

Los tres tipos de influencers en la actualidad

Tras un análisis detallado, podemos clasificar a los influencers en tres grandes grupos, según su forma de actuar y el tipo de impacto que generan:

1. Los provocadores natos

Este grupo está formado por influencers que realmente tienen una voz propia y no temen expresar opiniones controvertidas o debatir temas complejos. Un ejemplo destacado es el podcast “The Wild Project”, que se ha convertido en uno de los más escuchados en España. Su éxito radica en la autenticidad y libertad del creador para elegir los temas y entrevistas que le interesan, sin ceder a la presión de buscar clicks con titulares engañosos o polémicas forzadas.

Los provocadores natos generan conversación y reflexión porque su provocación nace de una pasión genuina y un compromiso con sus ideas. Esto los diferencia claramente de quienes solo buscan hacer ruido para atraer atención sin un propósito real detrás.

2. Los líderes de opinión conscientes

En este grupo se encuentran muchos influencers que combinan entretenimiento con educación y transformación. Crean contenido con la intención clara de ayudar a su comunidad a crecer, cambiar mentalidades y adoptar nuevos hábitos.

Un ejemplo de este tipo es Marif Forleo, que no solo entretiene sino que también genera comunidad y desafía a su audiencia a pensar de manera crítica y a mejorar. Estos influencers tienen un propósito consciente y auténtico que va más allá de la fama o el dinero. Buscan liderar movimientos positivos y duraderos.

3. Los vendehumos y falsos líderes

Por desgracia, el tercer grupo es el que más daño puede hacer al ecosistema digital. Estos influencers se caracterizan por copiar mal las estrategias de los dos grupos anteriores, pero sin autenticidad ni intención real de aportar valor.

Este tipo de cuentas se apoyan en titulares exagerados o sensacionalistas, como “Cómo facturé seis cifras con 24 años” o “El secreto de un millonario”. Usan clickbait y promesas vacías para atraer clics y aumentar sus visualizaciones, sin importarles si el contenido realmente transforma o educa a su audiencia.

Lo peor es que estas tácticas funcionan, lo que incentiva la proliferación de este tipo de contenido. Esto genera un efecto negativo en la percepción general del público sobre los influencers y puede desvalorizar a quienes sí trabajan con ética y compromiso.

¿Por qué es importante distinguir entre estos tipos de influencers?

La distinción entre provocadores natos, líderes de opinión conscientes y vendehumos no es solo una cuestión de etiquetas, sino de responsabilidad y credibilidad. Las audiencias, las marcas y el propio mercado digital necesitan identificar qué tipo de influencia están consumiendo o apoyando.

Cuando se confunde entretenimiento con liderazgo real, se corre el riesgo de fomentar la superficialidad y la desinformación. Por otro lado, reconocer y apoyar a influencers que buscan transformar y aportar valor puede generar cambios positivos en la sociedad y en la mentalidad colectiva.

Conclusión: El futuro de los influencers y su impacto real

El fenómeno influencer seguirá evolucionando, pero es fundamental que tanto creadores como consumidores de contenido sean conscientes del tipo de influencia que se está ejerciendo. No todos los influencers tienen el poder real de liderar cambios o movimientos, y es necesario valorar la autenticidad, el compromiso y la intención detrás de cada mensaje.

Los provocadores natos y los líderes de opinión conscientes representan la esperanza de un ecosistema digital más honesto y enriquecedor. Mientras tanto, los vendehumos pueden ser una señal de alerta para que la comunidad digital exija mayor calidad y responsabilidad en el contenido.

Como espectadores y seguidores, tenemos el poder de elegir a quién apoyamos y qué mensajes permitimos que influyan en nuestra vida. La clave está en buscar autenticidad, propósito y un impacto real, dejando atrás la superficialidad y el ruido vacío.

Con este análisis, espero que puedas reflexionar sobre el verdadero significado del término “influencer” y cómo distinguir entre quienes realmente lideran y quienes solo buscan llamar la atención sin aportar valor.

Elena Guirao
MASTERCLASS ONLINE

Las 6 claves para destacar con tu marca

¿Qué tienen en común Kate Middleton y Rosalía? A parte de que las dos son estupendas, maravillosas y tienen pelazo.

Que se han trabajado la marca personal como nadie. Poco a poco, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, ambas han ido construyendo una identidad única con el paso de los años.

Descubre cómo puedes aplicar su misma estrategia en tu marca.